viernes, 2 de octubre de 2009

Distópica

Una distopía es una visión perversa del futuro donde por algún motivo todo salió mal. El término distopía deriva de utopía, representación de un futuro ideal donde la sociedad logra convivir en absoluta armonía y no hay pobreza, guerra, corrupción, pornografía, totalitarismo, ni pecado (sí, parece un poco aburrido). Hay muchos buenos ejemplos de este género:

Star Trek (serie 1966 a ?) funciona como ejemplo de ambos antónimos. Puede considerarse como una utopía (la Federación y sus valores) dentro de una distopía (el resto del universo).

Blade Runner (film 1982) basado en el libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick. Dirigida por Ridley Scott. El tema de los créditos finales es de Vangelis (y lo usaban en Fútbol de primera...).

Twelve Monkeys (film 1995) basado en el cortometraje La Jetée de 1962. Dirigida por Terry Gilliam, el tema principal es Suite Punta del Este de Astor Piazzolla.

Fahrenheit 451 (libro 1953 - film 1967) novela de Ray Bradbury, película basada en el libro.

Brazil (film 1985) otra de Terry Gilliam.

THX 1138 (film 1971) dirigida por George Lucas, es una prolongación de un corto del mismo director llamado Electronic Labyrinth THX 1138:4EB.

1984 (libro 1949 - film 1956 y 1984) novela de George Orwel, primera peli de Michael Anderson y segunda de Michael Radford. Hay también un comercial de Apple de 1984 basado en la novela y dirigido por Ridley Scott. En esta novela nace la figura del Gran Hermano, que después es utilizada en varios reality shows (el gran hermano te vigila).

Soylent Green (film 1973) basada en la novela Hagan sitio! Hagan sitio! de Harry Harrison, y dirigida por Richard Fleischer. Acá la tradujeron como Cuando el destino nos alcance...

Ácido sulfúrico (libro 2005) de Amelie Nothomb.

Brave New World (libro 1932 - film 1998) novela de Aldous Huxley (traducida como Un mundo feliz).

Ghost in the Shell (manga 1989 - film 1995 - anime 2002) podría traducirse como "el fantasma en la coraza, carcaza, cáscara, etc.". La versión filmica es la más difundida, y tiene una secuela subtitulada Innocence.

Dark City (film 1998) segunda película de Alex Proyas (la primera fue the Crow).

Matrix (film 1999) hay muchas historias de plagios, por nombrar un par: de Ghost in the Shell, los códigos verdes cayendo sobre fondo negro son originalmente de ahí, y hay un par de homenajes más, pero las historias son bastantes diferentes; de Dark City, pero se filmaron al mismo tiempo y compartieron decorados, así que no cuenta mucho; de un guión de una tal Sophia Stewart, no sé bien que onda, pero están en juicio por eso. En fin, salvo en el último caso, no creo que sea un verdadero plagio, Matrix y Dark City se parecen todo lo que pueden parecerse dos películas distópicas que fueron estrenadas con un año de diferencia. Ah! por cierto, tiene dos secuelas, pero apestan! sólo la uno es digna de mi recomendación.

The Terminator (film 1984) dirigida por James Cameron. Esta basada en varios relatos de Harlan Ellison. Tiene una secuela en 1991 que fue el verdadero hit, aunque personalmente me gusta más la historia de la uno. Y también una segunda secuela en 2003 que fue muy mala, y encima ahora hicieron una cuarta... Pero no hay que amargarse por eso, las primeras dos fueron absolutante perfectas.

Delicatessen (film 1991) peli francesa dirigida por Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro.

A Clockwork Orange (libro 1962 - film 1971) novela de Anthony Burgess y adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick, aunque a Anthony no le hizo mucha gracia la interpretación de Stanley, y dicho sea de paso a Stephen King tampoco le gustó su versión de The Shining (El resplandor).

Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (film 1964) otra de Stanley Kubrick, basada en el libro Alerta roja de Peter George, ¿otro escritor disconforme? Lejos, la mejor peli de Kubrick, o por lo menos la más divertida (My führer, I can walk!).

Mad Max (film 1979) dirigida por George Miller. Un clásico de cuando Mel Gibson tenía onda.

Watchmen (comic 1986 - film 2009) comic de Alan Moore y Dave Gibbons, adaptada al cine por Zack Snyder. Cuatro palabras: Who watch the watchmen? (Quién vigila a los vigilantes?)

V for Vendetta (comic 1982 a 1988 - film 2006) novela gráfica de Alan Moore y David Lloyd, y llevada al cine por James McTeigue gracias a los hermanos Wachowski. Alan Moore esta podrido de que hagan películas de sus historias, incluso prohibió que su nombre figurara en los créditos.

El hombre en el castillo (libro 1962) de Philip K. Dick, el de la primer peli que nombramos por si ya se olvidaron. ¿Qué hubiera pasado si las fuerzas del Eje ganaban la Segunda Guerra Mundial? + mundos alternativos + I Ching

Neon Genesis Evangelion (anime 1995 + film 1998 - manga 1997) básicamente de Hideaki Anno y Yoshiyuki Sadamoto. Al contrario de la mayoría de los anime japoneses, en Evangelion primero salió la serie y después se hizo el comic. La película no puede verse sin ver antes la serie y si viste la serie seguro vas a querer ver la peli. Este es el mejor anime de la historia!!! (bueno, quizas el segundo, después de Robotech)

Akira (manga 1982 - film 1988) creación del primero y dirección de la segunda Katsuhiro Otomo. Imperdible, y es todo lo que tengo que decir al respecto.

Soy leyenda (libro 1954 - film 2007) novela de Richard Matheson... y también hay una película con Will Smith, un buen ejemplo de como cagar una buena historia.

El planeta de los simios (libro 1963 - film 1968 y 2001) novela de Pierre Boulle; primera peli de Franklin J. Schaffner, con cuatro secuelas; y segunda peli de Tim Burton...

La vanguardia esta de fiesta.


Escuela anómala, utópica y vanguardista, liderada por un grupo de pedagogos excéntricos, la Bauhuas forjó -antes de disolverse, acosada por el conservadurismo y el nazismo- las ideas, los diseños y los planos sobre los que se alzó el mundo que hoy conocemos como "contemporáneo". Sin embargo, uno de los componentes fundamentales de su método es el menos conocido de todos: las fiestas.


Alan Pauls.


fragmento...

fuente: RADAR

viernes, 12 de junio de 2009

Amélie Nothomb


Amélie Nothomb, nacida en Japón en 1967, hija de un diplomático, pasó una parte de su infancia en Asia antes de volver, a los 17 años, a Bélgica, su país de origen. Sin embargo Amélie no está a gusto en el mundo occidental. Se encierra y se dedica a la escritura. Su carrera comienza en 1992 con Higiene del asesino y conoce el éxito en 1999 con Estupor y temblores, que alcanza la cifra de 450.000 ejemplares vendidos y gana el Gran Premio de la novela de la Academia francesa, antes de ser adaptada al cine por Alain Corneau, en 2003. Desde entonces, sus libros han sido traducidos a 23 idiomas. Esta escritora singular «que ha conseguido el prodigio de gustar al mayor número de lectores» (Le Monde), fue asimismo elegida en una encuesta realizada por Le Figaro a 35 críticos, como su escritor favorito de edad inferior a 40 años.

Para descargar:

Ácido sulfúrico.
Cosmética del enemigo.
Diccionario de nombres propios.
Higiene del asesino.



fuente: Que de libros

jueves, 11 de junio de 2009

El ojo mágico.

Son imágenes escondidas en tres dimensiones. Para poder verlas hay que desenfocar la vista, haciendo que se unan los dibujos que generan la sensación de profundidad.





Método 1

Sujeta la lámina de forma que te toque la nariz (en este caso tendrás que hacerlo con el monitor de tu computadora). Relaja tus ojos y fija la vista en el espacio, como si miraras a través de la imagen. Ponte cómodo/a para observarla, sin mirarla fijamente. Cuando estés relajado/a, y sin cruzar la vista, aleja la lámina de tu rostro (en este caso, retira la cabeza del monitor) un par de centímetros cada 2 o 3 segundos. Sigue mirando a través de la lámina (monitor). Párate cuando la tengas a una distancia correcta para leer. Cuando empiece a "entrar", es necesario ser muy disciplinado/a porque, instintivamente, intentarás fijar la vista en la lámina (monitor) más que mirar a través de ella. Si no lo consigues, empieza de nuevo.





Método 2

Mira fijamente la imagen a distancia de leer de manera que se nuble un poco la visión. Transcurridos unos segundos, percibirás la profundidad y, a continuación, desplazando la vista sobre la ilustración, distinguirás la imagen en tres dimensiones (3D), que se revelará como una foto instantánea.









fuente: Taringa

miércoles, 27 de mayo de 2009

Sinestesia

La sinestesia es, en neurología, la mezcla de impresiones de sentidos diferentes. Un sinestético puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. La sinestesia es un efecto común de algunas drogas psicodélicas, como el LSD, la mescalina o algunos hongos tropicales.

Los sinestéticos perciben con frecuencia correspondencias entre tonos de color, tonos de sonidos e intensidades de los sabores de forma involuntaria. Por ejemplo, un sinestético puede ver un rojo con mayor intensidad cuando un sonido se vuelve más agudo, o tocar una superficie más suave le puede hacer sentir un sabor más dulce. Estas experiencias no son metafóricas o meras asociaciones sino percepciones, y la depresión tiende a aumentar su fuerza.

La sinestesia puede ocurrir incluso cuando uno de los sentidos está dañado. Por ejemplo, una persona que puede ver colores cuando oye palabras puede seguir percibiendo estos colores aunque pierda la visión durante su vida. Este fenómeno recibe también el nombre de "colores marcianos", término que se originó tras un caso de un sinestético que nació parcialmente daltónico pero decía ver colores 'alienígenas', que era incapaz de ver en el sentido habitual del término y que en realidad percibía debido a su sinestesia.

La primera descripción de este fenómeno la realizó el Doctor G.T.L Sachs en 1812. Y se da con más frecuencia entre los autistas. Algunos tipos de epilepsia provocan también percepciones sinestésicas.


fuente: Wikipedia

jueves, 14 de mayo de 2009

Autobiografía

de Macedonio Fernández.

El Universo o Realidad y yo nacimos en 1 de Junio de 1874 y es sencillo añadir que ambos nacimientos ocurrieron cerca de aquí y en una ciudad de Buenos Aires. Hay un mundo para todo nacer, y el no nacer no tiene nada de personal, es meramente no haber mundo. Nacer y no hallarlo es imposible; no se ha visto a ningún yo que naciendo se encontrara sin mundo, por lo que creo que la Realidad que hay la traemos nosotros y no quedaría nada de ella si efectivamente muriéramos, como temen algunos.

En vano diga la historia, en volúmenes inmensos, sobre el mucho haber mundo antes de ese 1 de Junio; sus tomos bobalicones es lo único que yo conozco (no sus hechos), pero los conocí, después de nacer, como todo lo demás. Lo que me podría convencer sería el Arte, más gracioso y verdadero: un preludio de Rachmaninoff, una mirada creada por Goya, pero no es tan crédulo el arte, no abre la boca ante los cortejos de pompas fúnebres, como la historia.

Nací, otros lo habrán efectuado también, pero en sus detalles es proeza. Lo tenía olvidado, pero lo sigo aprovechando a este hecho sin examinarlo, pues no le hallaba influencia más que sobre la edad. Mas las oportunidades que ahora suelen ofrecerse de presentar mi biografía (en la forma más embustera de arte que se conoce, como autobiografía, solo las Historias son más adulteradas) háceme advertir lo injusto que he sido con un hecho tan literario como resulta la natividad. (El dato de la fecha de ésta se me ha pedido tanto y con una sonrisa tan juguetona, que tuve la ilusión de que ello significaba que era posible una fecha mejor de nacimiento mío y se me alentaba a elegirla y pedirla, que se me habría de conseguir. Por si acaso, aunque no han progresado ni declarándose estas cortesías, dejo dicho que me gustaría haber nacido en 1900).

Como no hallo nada sobresaliente que contar de mi vida, no me queda más que esto de los nacimientos, pues ahora me ocurre otro: comienzo a ser autor. De la Abogacía me he mudado; estoy recién entrando en la Literatura y como ninguno de la clientela mía judicial se vino conmigo, no tengo el primer lector todavía. De manera que cualquier persona puede tener hoy la suerte, que la posteridad le reconocerá, de llegar a ser el primer lector de un cierto escritor. Es lo único que me alegra cuando pienso la fortuna que correrá mi libro: «No toda es vigilia la de los ojos abiertos». No se olvide: soy el único literato existente de quien se puede ser el primer lector. Pero además mi libro, y es más inusitado todavía, es la única cosa que en Buenos Aires puede encontrarse aún no inaugurada por el Presidente. Se están imprimiendo todos los certificados de primer lector mío que se calcula serán necesarios. Y para retener al libro el segundo precioso mérito que lo adorna, el Editor ha puesto vigilancia en todos los caminos por donde pueda acercarse una Inauguración Presidencial infortunada.

El miedo a la libertad II

Extraído de “El miedo a la libertad” de Erich Fromm.

Editorial Paidos, Buenos Aires, 2008. 1º edición 1941.

Páginas 70 a 73.

También desde el punto de vista filogenético, la historia del hombre puede caracterizarse como un proceso de creciente individualización y libertad. El hombre emerge del estado prehumano al dar los primeros pasos que deberían liberarlo de los instintos coercitivos. Si entendemos por instinto un tipo específico de acción que se halla determinado por ciertas estructuras neurológicas heredadas, puede observarse dentro del reino animal una tendencia bien delimitada¹. Cuando más bajo se sitúa un animal en la escala de desarrollo filogenético, tanto mayor es su adaptación a la naturaleza y la vigilancia que los mecanismos reflejos e instintivos ejercen sobre todas sus actividades. Las famosas organizaciones sociales de ciertos insectos han sido enteramente creadas por el instinto. Por otra parte, cuando más alto se halla colocado en esa escala, tanto mayor es la flexibilidad de sus acciones y tanto menos completa es su adaptación estructural tal como se presenta en el momento de nacer. Este desarrollo alcanza su apogeo en el hombre. Éste, al nacer, es el más desamparado de todos los animales. Su adaptación a la naturaleza se funda sobre todo en el proceso educativo y no en la determinación instintiva. «El instinto [...] es una categoría que va disminuyendo, si no desapareciendo, en las formas zoológicas superiores, especialmente en la humana.»²

La existencia humana empieza cuando el grado de fijación instintiva de la conducta es inferior a cierto límite; cuando la adaptación a la naturaleza le deja de tener carácter coercitivo; cuando la manera de obrar ya no es fijada por mecanismos hereditarios. En otras palabras, la existencia humana y la libertad son inseparables desde un principio. La noción de libertad se emplea aquí no en el sentido positivo de «libertad para», sino en el sentido negativo de «libertad de», es decir, liberación de la determinación instintiva del obrar.

La libertad en el sentido que se acaba de tratar es un don ambiguo. El hombre nace desprovisto del aparato necesario para obrar adecuadamente, aparato que, en cambio, posee el animal;³ depende de sus padres durante un tiempo más largo que cualquier otro animal y sus reacciones al medio ambiente son menos rápidas y menos eficientes que las reacciones automáticamente reguladas por el instinto. Tiene que enfrentar todos los peligros y temores debido a esa carencia del aparato instintivo. Y, sin embargo, este mismo desamparo constituye la fuente de la que brota el desarrollo humano; la debilidad biológica del hombre es la condición de la cultura humana.

Desde el comienzo de su existencia el hombre se ve obligado a elegir entre diversos cursos de acción. En el animal hay una cadena ininterrumpida de acciones que se inicia con un estimulo –como el hambre– y termina con un tipo de conducta más o menos estrictamente determinado, que elimina la tensión creada por el estímulo. En el hombre esa cadena se interrumpe. El estímulo existe, pero la forma de satisfacerlo permanece «abierta», es decir, debe elegir entre diferentes cursos de acción. En lugar de una acción instintiva predeterminada, el hombre debe valorar mentalmente diversos tipos de conducta posibles; empieza a pensar. Modifica su papel frente a la naturaleza, pasando de la adaptación pasiva a la activa: crea. Inventa instrumentos, y al mismo tiempo que domina la naturaleza, se separa de ella más y más. Va adquiriendo una oscura conciencia de sí mismo –o más bien de su grupo– como de algo que no se identifica con la naturaleza. Cae en la cuenta de que le ha tocado un destino trágico: ser parte de la naturaleza y, sin embargo, trascenderla. Llega a ser consciente de la muerte en tanto que destino final, aun cuando trate de negarla a través de múltiples fantasías.

1. Este concepto de instinto no debe confundirse con el que define el instinto como una necesidad fisiológicamente condicionada (tales como el hambre, la sed, etc.), cuya satisfacción se da por medio de procedimientos que, en sí mismos, no son fijos ni se hallan determinados por herencia.

2. L. Bernard, Instinct, Nueva York, Holt & Co., 1924, pág. 509.

3. Veasé Ralph Linton, The Study of Man, Londres, Appleton, 1936, cap. IV (trad. cast.: Estudio del hombre, México, Fondo de Cultura Económica, 1942)